El color no existe en la vida real. Es solo el efecto de las ondas electromagnéticas registradas por nuestros cerebros y ojos. Los colores tienen diferentes longitudes de ondas electromagnéticas que, por lo general, afectan a nuestro organismo, influyendo en nuestro estado de ánimo y en particular de los niños, tanto en el aspecto psicológico como fisiológico, pedagógico y terapéutico, entre otros.
Desarrolla un papel muy importante en nuestro día a día. El color crea sentimientos y estados de ánimo y es debido a estas características por lo que es necesario utilizarlo sabiamente con el fin de crear una atmósfera adecuada en un espacio determinado.
Los colores pueden causar un efecto positivo o negativo en el aprendizaje del estudiante y su comportamiento en el aula. En la edad preescolar es importante para su desarrollo como ser humano, pues allí se estructuran las bases fundamentales para las sucesivas etapas de la vida. La infancia es una de las etapas más significativas en el desarrollo de cada persona, ya que se sientan las bases que serán consolidadas y perfeccionadas con el pasar de los años. La parte psicológica es importante por el estímulo que recibe y capta el niño en un proceso productivo.
Los colores se pueden dividir en varias categorías, aunque quizás lo más común es separarlos entre colores cálidos y colores fríos.
Los colores cálidos son los que asociamos con el sol o con el fuego. Son la gama de amarillos, anaranjados y rojos. Provocan sentimientos de alegría y confort y una sensación de dinamismo, vibración y movimiento. Han demostrado ser muy estimulantes para las mentes de los estudiantes y para activar su cerebro.
Sin embargo, los colores cálidos pueden ser demasiado excitantes y conducir a una fatiga nerviosa. Es recomendable combinarlos con tonos claros, luminosos y suaves. Hay que tener también cuidado con los contrastes de muchos colores ya que pueden cansar la vista.
La temperatura de los colores influye a su vez en cómo percibimos el tamaño de un espacio. Los colores cálidos absorben la luz, y tienden a reducir visualmente los espacios. Esto los convierte en la mejor opción para hacer más acogedores los recintos muy grandes y fríos.
Los colores fríos por otro lado son los que asociamos con el agua. Comprenden la gama de azules y muchos verdes y morados que tengan una buena base de azul. Proporcionan serenidad, calma y concentración. Son ideales para entornos en los que se quiere facilitar la comprensión lectora y donde se requiere una mayor atención. También son idóneos para espacios en los que se busca el descanso y la relajación.
Hay que tener cuidado de no usarlos en exceso ya que la sobreexposición al mismo puede crear una sensación de frialdad y producir fatiga o depresión.
En cuanto a la percepción del tamaño, los colores fríos ayudan a que un espacio parezca más amplio. Esto se produce porque reflejan la luz, como sucede con el color blanco, por ejemplo. Por este motivo, no es recomendable usar colores fríos en espacios muy grandes, ya que pueden llegar a percibirse como poco acogedores.
El color es un elemento de la luz. Al comprender la teoría del color en los espacios, se puede crear el estado de ánimo adecuado que estás buscando. Es importante tener en cuenta que cada color afecta a las personas de manera diferente. Muchos factores pueden influir en esto, incluyendo la edad, la cultura, así como las experiencias vividas.
En esta guía, estudiaremos los efectos psicológicos del color en la mente que se producen generalmente, centrándonos en su influencia en los niños, y veremos consejos para usarlo adecuadamente en el espacio.
Rojo
El rojo, se cree que es el color que primero que ven los niños y el primero que aprenden a decir, es por eso que los niños más pequeños suelen decir que es su color preferido.
Es el color del fuego, la pasión, el peligro y la fuerza. Este color audaz estimula y excita. Puede ser cálido y acogedor y también puede hacer que los alumnos se sientan enérgicos. Si lo que buscamos es un entorno de tranquilidad, quizás no es el color más adecuado para utilizar, sin embargo, si lo que queremos fomentar el movimiento o la actividad, podemos recurrir a él.
Este color no sólo invita a la acción, sino que estimula el hígado, el bazo y aumenta la presión sanguínea.
La amplia paleta de los rojos está compuesta por tonos fuertes, que pueden resultar dominantes en el sitio donde sean usados. Por ello se aconseja utilizarlos de forma medida para no crear un espacio desequilibrado. También las tonalidades rojizas suelen opacar e incluso hacer invisibles a simple vista objetos de otros colores, por eso hay que usarlas con prudencia.
Los colores cálidos aumentan el apetito, y el rojo es la calidez en estado puro. Además, es un color que hace que nuestros sentidos estén en constante alerta, y si hay zonas en las que se vaya a cocinar, resulta muy eficaz.
Los colores tierra y beige y los muebles de madera atenúan el efecto enérgico del rojo y aportan ambientes más cálidos y tranquilos. En cambio, si se combina con grises y negros, se deberá estudiar muy bien la iluminación y aportar grandes cantidades de luz natural o artificial para que no resulte asfixiante y recargado.
El rojo es pura vida, y como la vida tiene sus buenos momentos y sus malos. Tan solo utilizando pequeños detalles, llena el ambiente de calidez y alegría. Sin embargo, abusar del rojo, puede crear ambientes que nos pueden irritar.
Naranja
Si nos atrae el rojo, pero nos parece que va a tener un impacto demasiado agresivo en el espacio, se puede reemplazar de forma más segura por el naranja.
Este color combina los efectos del rojo y el amarillo: por una parte, aporta energía y por otra alegría. Es ideal para superar el cansancio. Irradia calor y aumenta el apetito. Sin embargo, si se utiliza en su tono más claro o paste expresa calidez y comunicación.
Es el color perfecto para los ambientes de juego ya que ayuda a oxigenar el cerebro y así aumentar la sensación de fortaleza. Además, algunos estudios han demostrado que ambientes con este color pueden ayudar a mejorar el funcionamiento neuronal. Es ideal para los niños más introvertidos con problemas de socialización.
Es un poco arriesgado de usar, aunque no es difícil de combinar. Lo arriesgado está en elegir la tonalidad adecuada con el estilo del ambiente en general. Si se quiere ir a lo seguro, se puede utilizar como acento puntualmente, pero si quieres ponerlo en mayor cantidad, el ambiente tiene que estar bien iluminado y ser amplio. Debido a que es un color cálido reduce los espacios visualmente y si ya el mismo es pequeño, el efecto lo acentuaría.
Si lo que se busca es una paleta armoniosa, se puede coordinar con colores similares como tonos de marrón, rojo o amarillo. Combinándolo con tonos de azul (el complementario frente al naranja en la rueda de color) se creará un ambiente de alta energía dinámica, aunque siempre es recomendable que haya abundante blanco presente en este caso.
El naranja es un color que usado con moderación es muy beneficioso en los niños. Representa físicamente la confianza en uno mismo y la independencia.
Amarillo
Es un color muy recomendable para utilizar en entornos infantiles ya que favorece el desarrollo de la creatividad y la alegría. Estimula la actividad mental por lo que es ideal para los niños con dificultad para concentrarse.
El amarillo es un color idóneo para aportar luz y brillo en un ambiente en el que predominan las tonalidades oscuras. También ayuda a devolver la alegría a espacios planos, que tengan tonos muy neutros.
Otra ventaja de este color es que es adaptable, se puede incorporar tanto en detalles de ambientes cálidos como fríos.
Los espacios en los que se emplea el color amarillo, se asocian con aspectos como la alegría, el entusiasmo, la diversión y la confianza, eso sí, hay que evitar usarlo en grandes cantidades ya que puede ser demasiado estimulante y provocar tensión y hasta ira. Se han realizado estudios en los que se ha observado que el uso intenso del amarillo puede provocar que los bebés lloren más.
El color amarillo siempre debe estar acompañado de un buen equilibrio para evitar que sea muy agresiva la combinación con el resto de elementos.
Para combinarlo se recomiendan tonos en la escala de grises (ideal para tranquilizar), azules e incluso el lila. La madera es un material con el que combina muy bien este color a su vez. Es importante fijarse en la paleta y escoger la tonalidad adecuada de amarillo ya que de ello dependerán los demás elementos. Combinado con el blanco y el rosa transmite delicadeza, sin embargo, si lo combinamos con el rojo y el naranja transmite a los niños mucha energía y alegría por lo que es idóneo en las zonas de juego activo.
El amarillo es un color que automáticamente te hará sonreír y sentir que estás en un ambiente acogedor, pero debes estar al pendiente de no pasarte con la cantidad.
Verde
El verde, como bien sabemos, es el color de la naturaleza. Un jardín, un parque lleno de verde o un bosque a plena luz del día, en primavera. Se trata de algo que siempre nos ha inspirado y que vinculamos con la vida. Y es que el color verde casi siempre ha estado presente en el mundo del ser humano, siendo uno de los colores más habituales en el medio natural y que más nos ha acompañado en nuestra evolución.
En el caso del verde, vemos este color cuando nuestros ojos captan longitudes de onda de entre 496 y 570 nm. Entre estas longitudes de onda percibimos diversas tonalidades de este color, existiendo diferentes tipos de verde. Junto con el rojo y el azul, el verde es un color para el que nuestros ojos tiene un tipo de cono específico.
Es un color fresco y amigable que se mezcla bien con muchos otros colores.
La gama verde da descanso a los ojos, calma la psique y da una sensación de armonía y estabilidad. Es muy importante elegir el tono adecuado porque la sensación podría cambiar. Mejor evitar un tono de pantano opresivo o un verde ácido.
Añadir acentos de verde en el entorno estimula la actividad cognitiva y contribuye al desarrollo. Otros colores aportan concentración, pero el verde además lo hace a largo plazo. Cuando el verde se usa con más matices de amarillo, aclara la mente y fomenta un buen estudio.
Se puede acompañar de tonos complementarios como el rosa empolvado, el marrón claro, el negro o el azul ultramar. Realza bien con el blanco y tiene versatilidad para usarse en distintos espacios.
Azul
Es junto al verde un color importante para la calma y la relajación de los niños ya que reduce la temperatura corporal, la presión arterial y el pulso provocando así paz y sueño. De nuevo, junto con el verde, es el color más evocador de la naturaleza: es el color del cielo y del mar, de los ríos y los océanos. Es uno de los colores que más adeptos tiene, y de hecho diversos estudios del color demuestran que disgusta a muy pocos.
Es un color importante ya que afecta profundamente a la mente humana. Hay una razón por la que el azul es un color muy utilizado en estancias de descanso. Infunde una sensación de serenidad y paz y puede ser un color muy relajante. También puede utilizarse en la zona de lectura, ya que es un color que ayuda a mejorar la comprensión lectora. Otro sitio donde es adecuado usarlo es en los baños, pero no en el comedor o zonas de cocina ya que se vincula a muy pocos alimentos y al ser un color frío puede quitar el apetito.
Este color fresco, tranquilo y reservado también puede representar la formalidad. Es un color que aporte un plus de frescor muy agradable a altas temperaturas y que promueve la felicidad y la independencia. Es mejor cuando se combina con blanco u otros tonos más claros.
Tampoco debemos abusar de este color ya que, si nos sobrepasamos en un ambiente, provoca frialdad y distanciamiento y puede ser deprimente.
En su tonalidad más pastel, tiene cualidades calmantes y relajantes. En su variante más viva (azul turquesa) transmite energía y vitalidad por lo que habrá que usarlo con moderación, en pocos puntos, y en su versión más oscura puede resultar algo frío y en ocasiones depresivo.
El azul es un color muy adecuado para combinarlo con maderas (que compensan su frialdad) o marrones (especialmente en su variante pastel). Para crear un ambiente dulce y alegre, se puede combinar con elementos en rosa, gris o blanco roto y juega con los turquesas y malvas.
Morado o Violeta
El morado o violeta en el ámbito infantil es un color que disminuye las fobias y la angustia y suele crear efectos relajantes. También se utiliza para representar la imaginación y todo lo relacionado con ello, los sueños y la calma emocional.
Es un color con profundos efectos sobre la mente, y de hecho lo utilizan los psiquiatras como ayuda para tranquilizar y calmar a pacientes con problemas mentales o nerviosos, ya que transmite paz y combate los miedos y las obsesiones. También relacionado con la creatividad, el misterio, la sensibilidad a la belleza o los grandes ideales, la fantasía y la introspección. Sin embargo, hay que tener cuidado ya que, según su empleo en el espacio, puede relacionarse también con la melancolía y la tristeza.
Según el feng shui, por su poder de inducción a la meditación se logrará un espacio con mucha energía y seguridad. Se cree que el color morado ayuda con las dolencias de la cabeza y sistema nervioso.
Al estimular la parte superior del cerebro y el sistema nervioso relacionados con la creatividad, la estética y la habilidad artística, es un color ideal para utilizar en zonas de arte o manualidades
Se debe tener especial cuidado en las zonas donde se pretende aplicar ya que acentúa intensamente la luz y en espacial las sombras. Mejor evitar utilizar los tonos más vivos u oscuros en grandes superficies, sino en pequeños acentos u objetos, ya que es un color muy fuerte visualmente y absorbe demasiada luz, oscurece los espacios y a la larga puede resultar opresivo. En cambio, en sus variaciones más claras, tiene un poder calmante. Hay que evitar utilizarlo en espacios relacionados con la comida ya estos espacios requieren algo más de vitalidad.
Del mismo modo que el verde se encuentra entre el amarillo (cálido) y el azul (frío), el color morado o violeta surge de la mezcla entre el rojo (cálido) y el azul (frío), por lo que tiene propiedades de ambos lados y en cierto modo puede considerarse un color ambiguo.
El morado puede combinar muy bien con blanco (que le aporta luminosidad), colores pastel, amarillos, azul turquesa (como color análogo) o con el verde manzana.
Rosa
El rosa es un color derivado del rojo, pero mitigado por la pureza del blanco. Es el color de los sentimientos por excelencia y es un color más versátil de lo que se suele creer.
Es el color de la ilusión, lo que es un color ideal para cualquier ambiente infantil, rincón de juego, disfraces, música. En su tonalidad más suave es relajante y favorece el sueño.
En Occidente, el significado del color rosa evoca un sentido de tranquilidad y optimismo. Pero en Oriente la simbología es diferente.
La característica principal de este color es la de aligerar la mente y disipar pensamientos negativos que se pueden anidar en ella. Se trata de un color positivo que infunde un cierto sentido de seguridad y optimismo. Un color que calma los instintos primitivos, atenuando los sentimientos de ira y la agresividad.
Pero debemos tener cuidado, ya que un espacio con demasiado rosa puede provocar agotamiento.
Blanco
Este color fresco y pacífico se utiliza mucho en la arquitectura y en los interiores, donde puede inculcar sentimientos de juventud, fe e inocencia. El blanco puede ayudar a que los espacios más pequeños parezcan grandes. También puede hacer que las estancias parezcan más animadas, frescas y nítidas. Es un color purificador, brinda sensación de limpieza y claridad. Ayuda a alejarse de lo sombrío y triste.
Es un acierto seguro para concentrarse puesto que transmite tranquilidad y pasividad. También es idea para la superficie donde pintar o trabajar la creatividad.
Se puede utilizar en la decoración de un ambiente en grandes cantidades sin sobrecargar el ambiente, sin embargo, hay que tener cuidado con el minimalismo en espacios infantiles. Un ambiente excesivamente blanco provoca sensación de vacío y angustia en el niño.
Al pensar que el color blanco es adecuado para todos los ambientes, se teme utilizar la amplia gama de tonalidades. Sin embardo, si lo que se quiere es dar una sensación de iluminación, se puede combinar con otros colores en tonos pastel que facilitarán el aprendizaje y creará un entorno más acogedor.
Negro
Este color influye negativamente en el sistema nervioso y emocional de los niños, ya que transmite oscuridad y temor, de manera que no es nada recomendable en ambientes para niños ya que tiene un efecto depresivo.
Tradicionalmente el negro se relaciona con la oscuridad, desespero, dolor, formalidad y solemnidad. Es el color de la tristeza y puede determinar todo lo que está escondido y velado. Sin embargo, también es el color de la sabiduría.
El negro se debe utilizar en cantidades pequeñas como accesorios, detalles y espacios dónde no se permanezca por mucho tiempo, con colores contrastantes y complementarios.
Es por ello que hay que tener mucho cuidado con las paredes de pizarra. Pintar un trozo de pared, un pequeño zócalo o un vinilo de pizarra está bien, pero toda una pared no es recomendable. Si nos gusta la idea de pintar toda una pared de pizarra, se pueden encontrar esmaltes de efecto pizarra en otros colores.
No es recomendable pintar un aula con un blanco brillante o un tono oscuro como el negro, ya que estos colores pueden crear un ambiente de frialdad y esterilidad, que no es adecuado para aprender o estimular las mejores capacidades de los niños.
Dado que los tonos y colores realmente pueden afectar la atmósfera a nuestro alrededor, hay que pensar bien en el ambiente que se desea crear y esto dará la clave a la hora de elegir los adecuados y cómo combinarlos, teniendo también en cuenta lo que se ha mencionado antes de que los tonos fríos son conocidos por ser relajantes y los tonos cálidos por ser energizantes.
Los colores elegidos para las paredes, el techo, el suelo y la decoración o mobiliario pueden tener una gran influencia en el espacio en el que te encuentras y en las actividades que allí transcurren. Esta es la razón por la elección de los colores adecuados es tan importante a la hora de diseñar un entorno de aprendizaje.
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