Gran parte de la vida de los niños transcurre en la escuela. Un espacio en el que se relacionan tanto con un entorno social como con un entorno físico.

Sin embargo, en muchas ocasiones no se es consciente de la importancia de este último y de la influencia que tiene en su desarrollo.

Según un informe de Partnership for the 21 Century Learning (P21), el enfoque tradicional de décadas pasadas no se presta a diferentes tipos de estilos de aprendizaje, lo que pone a muchos estudiantes en desventaja académica.

Cada vez se va ganando más conciencia de esto, lo que ha dado lugar a que vayan surgiendo distintos tipos de escuelas que contemplan una pedagogía alternativa.

Este cambio que se está produciendo en la educación, no se está viendo reflejado en muchos casos en el entorno de aprendizaje. Si bien se alienta a los alumnos a tener una mayor apertura de miras y a pensar fuera de los marcos preestablecidos, el diseño escolar tradicionalmente ha sido menos exploratorio, menos aventurero.

Los maestros pueden esforzarse por hacer que sus aulas sean lo más acogedoras posible, pero al final del día, la división y la segregación son las que dictan el diseño interior de las escuelas. Es un arreglo rígido que coloca a los estudiantes en cajas literales y los mantiene en gran medida separados, por nivel de grado, necesidades educativas especiales y, a veces, por género.

La Universidad de Salford realizó un estudio en el 2015 con más de 3500 alumnos de 27 centros distintos, en el que se encontraron pruebas claras de que las escuelas bien diseñadas aumentan el rendimiento.

Aunque ya en el siglo XX Jonas Salk se planteó la misma cuestión y obtuvo similares resultados, el cerebro aprende más y asimila mejor la información en entornos ricos.

Los factores que voy a citar a continuación son algunos en los que quizás se puede apreciar más claramente esta correlación.

El individualismo

Todos somos distintos, tenemos formas de aprendizaje distintas, intereses diversos. Los espacios de aprendizaje deberían respetar eso. Es importante que los niños/alumnos vean sus necesidades individuales reconocidas. Crear un vínculo con la escuela, con el aula, en el que se sientan libres para dar rienda suelta a su curiosidad y aprender.

Uno de los problemas actuales en la educación es el aburrimiento. No se conecta con el alumno. Esa conexión debe producirse en ambos entornos. Si del propio niño nace el interés por algo, desarrolla una concentración muy elevada hacia esa acción.

Si un estudiante aprende mejor mientras participa en actividades prácticas con grupos pequeños, por ejemplo, quedarse atrapado en un escritorio escuchando una conferencia no sacará su mejor desempeño.

Algunos estudiantes no se sienten cómodos en un aula tradicional. Cada espacio interior y exterior es un lugar potencial para el aprendizaje.

La adaptabilidad es clave, incluidas las paredes móviles que se pueden usar para formar fácilmente nuevos espacios para grupos pequeños o actividades específicas.

Hay manuales de diseño y construcción en otros países (como el Building Bulletin en Gran Bretaña) en los que ya se especifica que la flexibilidad debe ser un requisito clave de diseño dentro de las escuelas y que es necesario que todas las aulas tengan algún grado de flexibilidad.

En Finlandia, los arreglos flexibles y de forma libre para reforzar el aprendizaje son la nueva norma. Incluso la Agencia Nacional para la Educación Finlandesa ya no tiene nada que ver con la elección del mobiliario de las aulas o el establecimiento del tamaño de las aulas. En cambio, depende de los administradores escolares individuales «reorganizar y reequipar las instalaciones como mejor les parezca».

En la vida de una escuela, las situaciones cambian y tenemos que enfocarnos en diferentes tipos de cosas, incluso dentro de un día escolar. La adaptabilidad es clave, incluidas las paredes móviles que se pueden usar para formar fácilmente nuevos espacios para grupos pequeños o actividades específicas.

Autonomía y accesibilidad

Como ya se ha podido ver, el proyecto arquitectónico va muy ligado al proyecto educativo. Como algunas pedagogías defienden, el primer paso hacia la libertad es la autonomía, que el alumno pueda valerse por sí mismo en la mayor medida posible.

Un espacio de aprendizaje en el que haya barreras físicas que no se hayan tenido en cuenta va a dificultar esto. Escalones o cambios de nivel, alturas no pensadas para los niños, puertas, elementos pesados, y más obstáculos de los que muchas veces no somos conscientes pero que con un buen estudio detrás no se producirían.

Estas barreras también pueden ser neurológicas, que se pueden prevenir diseñando un buen escenario espacial. Un patrón de diseño que identificado para cada perfil neurológico se adecua a las funciones para facilitar su desenvolvimiento espacial.

El juego libre está implícito en el desarrollo del niño.

Es tarea del adulto facilitar y poner los medios adecuados para que el niño desarrolle sus habilidades de forma natural y autónoma _ Aldo van Eyck

El movimiento

Mover tu cuerpo ayuda a activar tu cerebro. Este último se va moldeando y crea nuevas estructuras en respuesta a un ambiente novedoso, actividades diferentes, a cambios en el estilo de vida.

Cada vez hay más profesionales e investigadores corroborando esta relación entre el movimiento y el aprendizaje.

Tiene una relación directa con la memoria, la atención, las funciones ejecutivas, el tiempo de reacción, el lenguaje, la velocidad de procesamiento de la información, las habilidades motoras, la visión espacial y con los resultados académicos.

“No se sabe bien cómo se traduce la actividad física en la mejora de salud neurocognitiva. Sí que se conoce que la inactividad física es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo” indica el neurobiólogo José R. Alonso.

El cerebro aprende en movimiento y, sin embargo, no dejamos a los alumnos que se levanten de las sillas. Necesitamos movernos muchas veces al día en momentos cortos.

“Los alumnos que presentan dificultades de aprendizaje y problemas de atención, pueden ser estimulados de otras formas, en este caso a través de la actividad física, lo que ha favorecido la comprensión de los contenidos y el interés de los alumnos, ya que éstos eran capaces de permanecer mucho más tiempo centrados en una actividad.”, explica Alexia Fernández en su investigación sobre la inteligencia corporal.

Favorecer el movimiento de los alumnos, darles esa libertad, está estrechamente vinculado con cómo está diseñado y proyectado el espacio. Hay que tener especial cuidado con no crear espacios desiertos que queden sin uso gran parte del día, sino integrarlos dentro de ese entorno de aprendizaje.

La concentración

Otro elemento clave donde ambos factores van de la mano es en la concentración. Un proyecto adecuado que permita diversos entornos en los que los alumnos puedan concentrarse. Un espacio que facilite y potencie el aprendizaje.

Dentro de esto es interesante señalar que los aspectos relacionados con el nivel adecuado de estimulación para el aprendizaje son curvilíneos – ni caótico, ni aburrido, pero en algún lugar en el medio.

Aquí entra también en juego la psicología detrás del diseño de una estructura armoniosa basada muchas veces en los fundamentos del Feng Shui.

Tener en cuenta cómo influye la proporción y la geometría de los espacios, la luz natural, el flujo de aire y ventilación, un sistema de almacenamiento adecuado que evite el desorden, las vías de entrada y de transición entre los espacios, la vegetación, la materialidad, el color, la iluminación, etc.

Aplicar teorías neuroarquitectónicas puede ser el siguiente paso para que las próximas generaciones desarrollen todo su potencial.

Esto es tan sólo una pincelada de algunos de los aspectos en los que influye ese famoso entorno físico en el aprendizaje.

Una arquitectura que no esté fundamentada en ningún tipo de pedagogía, produciría una ineficiencia en ese espacio escolar proyectado.

El objetivo no es tanto crear un diseño, sino potenciar ese aprendizaje y estar seguros que después no solo hay un diseño nuevo, sino una manera de trabajar acorde con la que esté vinculado.