La primera opción que nos viene a la mente cuando pensamos en mejorar la calidad del aire en espacios cerrados es la de colocar purificadores o sistemas de ventilación modernizados. A pesar de ser métodos muy eficientes, hay veces que resultan demasiado costosos y no son tan fáciles de alcanzar. ¿A qué más opciones podemos recurrir?

En esta guía te cuento 8 formas con los que puedes mejorar la calidad de aire en tu escuela.

 

  1. Llegada y recogida de alumnos

La contaminación del aire se puede reducir si hay menos vehículos circulando cerca de las escuelas, incluidos los padres que llevan a sus hijos a la escuela.

Las escuelas pueden ser fuentes de cambio de comportamiento, alentando e incentivando tanto a los niños como a los padres a reducir el uso del automóvil, fomentando el uso de bicicletas y caminatas.

  • Coche al ralentí

El ralentí del vehículo es una de las formas más dañinas de envenenar la atmósfera, ya que las emisiones son mucho peores cuando un automóvil está parado que cuando está conduciendo.

  • Calles escolares

Cierre las carreteras alrededor de la escuela a la hora de dejar y recoger. Las calles escolares son caminos que se cierran temporalmente por la mañana y por la tarde durante el horario de llegada y salida, lo que impide que los automóviles circulen y se estacionen fuera de las puertas de la escuela.

 

  1. La vegetación

Este es quizás uno de los puntos más directos y que aparte de los beneficios ambientales, aporta a su vez beneficios psicológicos.

La vegetación, tanto en interiores como en exteriores, es beneficiosa para el aire que respiramos (aunque para marcar la diferencia con el aire interior necesitarías muchas plantas).

La infraestructura verde ofrece muchos beneficios para la salud de las personas y el medio ambiente. A gran escala, la vegetación juega un papel importante en la eliminación de contaminantes del aire. En espacios locales, como cerca de carreteras muy transitadas, puede ayudar a su dispersión, transportando los contaminantes con el viento lejos de la fuente y donde se diluyen con un aire circundante más limpio.

La infraestructura verde correcta en el lugar correcto puede reducir de manera confiable la exposición a la contaminación del aire, con una barrera de vegetación que podría reducir a la mitad los niveles de contaminantes justo detrás de la barrera.

Las paredes verdes están recomendadas para las escuelas junto a las carreteras concurridas. Hay muchas variedades diferentes y no hay una mejor solución acordada. Sin embargo, ten en cuenta que las paredes verdes no siempre son adecuadas y requieren un mantenimiento continuo.

En esta guía que publicó el ayuntamiento de Londres puedes ver formas de implementarla.

 

  1. Ventilación

Las aulas y las áreas interiores de las escuelas también se ven afectadas por la contaminación del aire.

Parte de esto puede deberse a las condiciones exteriores, pero además puede haber compuestos orgánicos volátiles, sustancias químicas orgánicas que contienen carbono presentes en el aire interior. Provienen de una gran cantidad de fuentes interiores, incluidos los materiales de construcción, muebles, productos de consumo, el tabaquismo, las personas y sus actividades y las reacciones químicas en interiores.

Si el edificio en origen no dispone de sistemas de ventilación mecánica, es recomendable la apertura de ventanas accesibles. Aunque pueda generar cierta incomodidad por las corrientes de aire, o sensación térmica, está demostrado que la renovación de aire por ventilación cruzada baja las tasas de contaminantes de las estancias. Incluso en edificios con ventilación mecánica es recomendable realizar una ventilación regular con ventanas

Reducir el polvo, alentar las plantas y controlar la ventilación ayudan a reducir la contaminación del aire interno. A veces, solo abrir la ventana puede marcar la diferencia.

 

  1. Modernización de las instalaciones

La infraestructura escolar ha estado baja en la lista de prioridades en muchos países durante años, pero la pandemia ha ayudado a impulsarla en muchos de ellos.

Puede ser tentador invertir en los últimos dispositivos tecnológicos, pero primero debemos priorizar la necesidad más básica: edificios físicos mejorados que brinden espacios saludables y seguros donde los niños puedan aprender.

Un nuevo enfoque en la modernización de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado es un buen comienzo, pero ¿y si se pudiesen integrar en el diseño arquitectónico?

En vez de limitarse a colocar las máquinas y los distintos sistemas, en muchos casos con una presencia invasiva en las aulas, puede formar todo parte del conjunto. Con un buen análisis del entorno y del uso de cada espacio, se mejoraría tanto la salud física como la mental, sin contar con el ahorro energético que se conseguiría gracias a ese estudio previo.

Los edificios escolares ineficientes cuestan más a largo plazo, lo que genera facturas más altas. Si los sistemas de instalaciones funcionaran mejor, los recursos ahorrados podrían reinvertirse en tecnología, libros, salarios de maestros, etc.

Las mejoras en la calidad del aire a través de la ventilación y la filtración son a su vez una forma efectiva de reducir la propagación de enfermedades transmitidas por el aire. Siguiendo con el ejemplo de la pandemia, en un estudio realizado por los CDC y el Departamento de Salud de Georgia, se vio que los casos de COVID-19 eran un 39 % más bajos en las escuelas que mejoraron la ventilación del aire.

A pesar de la inversión económica inicial que supone realizar estos cambios, se ve ampliamente compensado por todas las ventajas y beneficios que conlleva a largo plazo, y una vez tengamos estas necesidades básicas resueltas, tendremos una base sólida sobre la que llevar la escuela.

 

  1. Equipos auxiliares especializados

Hoy en día hay una gran variedad de equipos especializados, como purificadores de aire, filtros e incluso pintura que absorbe la contaminación, que pueden reducirla aún más.

Los purificadores de aire portátiles pueden ayudar a limpiar el aire interior (además de aumentar la ventilación), pero no todas las aulas los necesitan. Los más eficientes tienen filtros de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA), que procesan partículas (como hollín y polvo), pero los fabricantes no siempre tienen claros los estándares con los que operan sus máquinas. Dado que estos son artículos con un alto coste, es esencial recibir asesoramiento independiente.

 

  1. Recurrir a la comunidad

Establecer un grupo de padres y maestros con ideas afines puede hacer que la acción suceda. Se puede encontrar un equilibrio entre exigir un cambio y hacer que todas las partes interesadas colaboren, lo que no siempre es una tarea fácil.

 

  1. Buscar fondos

Donde puedes obtener las finanzas para las mejoras de aire limpio, rehabilitación de edificios, instalaciones o envolvente térmica. Por lo general, el primer puerto de escala debe ser el ayuntamiento al que pertenece la escuela, ya que el gobierno nacional a menudo destinará fondos para planes específicos a través de ellos.

 

  1. Cambiar hábitos y concienciar para el futuro

Modificar las acciones que causan la contaminación del aire y reducir la exposición.

La mejor manera de reducir la contaminación del aire es evitar que llegue a la atmósfera en primer lugar.

Las escuelas pueden ser un buen foro para discutir la introducción de cambios de comportamiento en hábitos diarios o en el hogar.

Para llegar a los niños y jóvenes:

  • Sé creativo, usa historias, videos, redes sociales, trabaja con celebridades y a través de asambleas escolares.
  • Proporcionar una mejor educación ambiental en el currículo escolar, incluyendo la calidad del aire interior.
  • Proporciona mensajes claros de las cosas que los niños y jóvenes pueden hacer e información para que se lleven a casa y eduquemos a nuestras familias.

Muchas organizaciones benéficas e instituciones han creado juegos de herramientas para las escuelas, como la de Transform our World . Cubren todos los aspectos de la contaminación del aire y lo que las escuelas pueden hacer al respecto, desde cómo realizar las reuniones, cómo involucrar a los padres, cómo hablar de ello en el aula.

 

Hay muchas formas en las que actuar para ayudar a crear el mejor ambiente interior posible dentro de los edificios escolares, aunque muchas veces la falta de información es lo que hace que ni lleguemos a considerarlo. Trabajando juntos, colaborando con otros profesionales y asesorándose es como mejores resultados se consiguen. Uniendo fuerzas y aportando cada uno nuestro granito de arena todo sale mejor ¿Te animas?

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